Por Ariel Aiello
Matías Córdoba tiene apenas 18 años, pero ya empezó a escribir su propia historia. Hace una semana debutó en la Primera de Colón ante San Telmo. Hoy, frente a Chacarita Juniors, volvió a entrar y gritó su primer gol como profesional.
No alcanzó para sumar puntos, pero sí para marcar un antes y un después. Porque el primer gol no se olvida nunca.
No sorprende que Matías tenga ese olfato goleador. Es hijo de El Chiqui Córdoba, rompe redes de la Liga Esperancina y figura de Atlético Franck. Al igual que su padre, Matías también se formó en ese club, con el sueño de llegar lejos.
Nacido en la ciudad de Esperanza, forjado en el fútbol del interior, ahora empieza a sonar fuerte en Santa Fe.
Esperanza celebra. Atlético Franck se enorgullece. Colón encuentra una nueva promesa.
Y mientras Matías corre a festejar, El Chiqui sonríe con el corazón lleno. Porque más allá del apellido, lo que se hereda no es solo el gol… es la pasión.
"El sueño del pibe", hecho realidad.