Beatriz Camarda fue docente durante 40 años y hace 15 que está jubilada. Ejerció en escuelas rurales y durante los últimos 14 años de su carrera se desempeñó en la escuela N° 319 “Mercedes Z. de Iriondo” de Barrio La Orilla. A modo de reflexión, sostuvo en la CSC Radio que “el día del maestro es una jornada de reconocimiento, que llena el alma de gozo”.
Al recordar su época de docente, comparó: “La escuela de hoy ya no es la escuela de hace 15 años, la escuela de campo era más tranquila y no había tanta tecnología como ahora. Hoy el docente es psicólogo, madre, padre, asistente, y cumple muchas actividades aparte de las pedagógicas, porque cada alumno es una individualidad que hay que atender. Todo se ha ido modificando, desde los chicos hasta los planes de estudio”.
En ese sentido, comentó: “En mi vida de docente me tocaron muchos cambios, incluso muchos que los maestros sabíamos que no darían resultados positivos, porque los que imponen esos cambios no conocen la realidad de las escuelas”. “En general quienes están a cargo de las esferas más altas de la educación no tienen conocimiento de la realidad de las escuelas, quieren hacer cosas nuevas que muchas veces son imposibles, o buscan resultados que serían mejor con otro tipo de enseñanza”, opinó.
A modo de reflexión sobre la educación actual consideró que “no es mala, pero lo que falla es la educación primaria que viene del hogar. El hogar es la primera escuela, las responsabilidades nacen ahí, no hay que olvidarlo”.
Consultada sobre los motivos que la llevaron a ser docente, rememoró: “Cuando terminé la primaria tenía que estudiar porque mis padres decían que la educación era la única herencia que nos iban a dejar. Estudié en la Escuela Normal y en diciembre del año ´60 me recibí de maestra, y aunque mi vocación siempre fue la medicina, la realidad era que mis padres no podían pagarme una carrera con lo cual tuve que comenzar a trabajar. Y así empecé a querer la escuela, a los chicos, empecé a querer mi trabajo y empecé a exigirme la mayor responsabilidad en lo que estaba haciendo, porque la responsabilidad de un maestro es muy importante”.
“Para ser maestro hay que poner todo el amor que uno tiene y sino irse a trabajar de otra cosa”, concluyó.
Redacción: Ayelen Waigandt – CSC Radio