Será un incremento en cuatro etapas. El proyecto se presentará a la provincia la semana que viene y se da en el marco de la transición hacia un sistema en el que se mida el consumo de agua por vivienda y se tenga en cuenta la zonificación y el uso del servicio al momento de facturar.
La semana que viene Aguas Santafesinas va a proponer una nueva forma de cobrar el servicio de agua y un aumento de la tarifa para el año próximo. El concepto es el de un “cambio de paradigma”, que consiste en pasar del modelo inglés, que toma como base el consumo presunto y se “colectiviza”, a medir en forma concreta cuánto consume cada santafesino, tomar en consideración la zona en la que vive —por una cuestión social— y el uso que se hace del servicio, ya que no es lo mismo una lavandería que una vivienda familiar.
Con ese objetivo en la mira, proyectan colocar 318.200 micromedidores domiciliarios en los próximos tres años, lo que les permitirá medir el consumo de cerca de la mitad de sus clientes (unos 700.000 en toda la provincia). El “plan” también implica incrementar la tarifa, a partir del año que viene, para atajar un déficit del 30 por ciento en los costos operativos que viene cubriendo la provincia desde hace diez años.
“La idea es que en un plazo razonable la empresa tenga autonomía financiera y pueda financiar sus proyectos de inversión para mejorar el servicio tomando deuda en el mercado de capitales a tasas bajas y a largo plazo, como hacen otras empresas similares”, explicó Sebastián Bonet, presidente de Assa.
El incremento tarifario tiene dos componentes. En primer lugar incluye la inflación y la devaluación —hay muchos insumos de Assa que tienen los precios dolarizados—. El segundo, es la necesidad de reducir en forma gradual el porcentaje de subsidio que recibe del gobierno provincial.
La meta que se fijó Assa es disminuir un 10 por ciento durante los próximos tres años la brecha que hay entre los costos operativos para producir cada litro de agua (1.891 millones de pesos, es lo que se proyecta en 2016) y los recursos que obtiene por tarifas (1.266 millones de pesos). En la actualidad ese “rojo” es de más de 600 millones anuales y lo financia la provincia, que también se hace cargo de las inversiones para mejorar y ampliar el servicio (lo que se denomina costos de capital, que el año que viene serán más de 1.200 millones de pesos).
Acortar esta brecha es clave para que la empresa sea más competitiva para acceder al financiamiento internacional. De hecho en este momento hay un proyecto para ampliar la planta potabilizadora de Santa Fe en barrio Candioti —que no quedó dentro de los fondos aprobados para el “endeudamiento” de la provincia— que es muy importante para mejorar la prestación del servicio en el norte de la ciudad, en donde hay problemas de presión durante los picos de consumo del verano.
Los puntos clave
“Para buscar un equilibrio en los números, además del incremento gradual en la tarifa, vamos a buscar reducir los gastos operativos, mejorar la eficiencia (reduciendo las pérdidas en la red) y estimular el uso racional del servicio”, explicó Boscarol.
La propuesta se presentará al Ministerio de Infraestructura, que lo elevará al Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) y también se analizará en audiencias públicas. Además la provincia deberá enviar un mensaje a la legislatura para acordar los cambios en la forma de facturar el servicio.
Los directivos de Assa contaron que la propuesta tiene cuatro objetivos:
— 1) El cuidado del recurso: hay estudios que realizó la empresa que demuestran que en los hogares que cuentan con medidor el consumo se reduce un 50 por ciento en el verano, en comparación con las viviendas que no lo tienen. En Santa Fe y Rosario, que solo tienen un 10 por ciento de los clientes con medidores, se consume el doble de agua (400 litros por habitante cada día en verano) que en la ciudad de Gálvez (210 litros por persona), que tiene el 50 por ciento de las casas con micromedidores. “La idea es lograr que la mayoría de los usuarios pueden administrar su consumo y también permiten detectar pérdidas en las viviendas que pueden provocar problemas”, insistió Bonet.
— 2) Alcanzar la meta del equilibrio económico-financiero: se trata de lograr una empresa sustentable, que cuente con los recursos para llevar adelante las obras que necesita y proyectar la expansión del servicio.
— 3) Que haya equidad horizontal entre los clientes: en la actualidad hay familias que viven en edificios similares y en la misma zona de la ciudad que pagan tarifas diferentes (a veces hasta el doble), porque se les factura de acuerdo a variables que se fueron definiendo en los distintos períodos de una empresa que incluso estuvo privatizada.
— 4) Que la tarifa tenga en cuenta criterios de equidad vertical: hoy paga lo mismo un vecino de Santa Rosa de Lima que uno de barrio Candioti. “Nos parece que lo que más podemos contribuir debemos pagar un poco más para reducir el costo de la tarifa en los barrios más vulnerables”, argumentó Bonet.
Los corralitos
Una vez que el programa se desarrolle, durante los próximos tres años —si logra el consenso necesario—, la idea también es conformar un fondo específico para la renovación de las redes de agua potable y cloacas, que se suelen romper cuando hace mucho frío y también en los picos de consumo del verano.
Es un punto que ha generado tensiones con los intendentes de Santa Fe, José Corral, y Rosario, Mónica Fein, por las protestas de los vecinos por la “permanencia” de los corralitos de Assa en las calles.
Además, Assa va sumar más macromedidores, son los que se instalan en la salida de las plantas potabilizadoras y en las cañerías de distribución, que son fundamentales para detectar pérdidas en la red.
¿Quién paga el medidor?
Los micromedidores domiciliarios no se pueden colocar a todos los clientes de Assa porque hay un techo técnico: las instalaciones de los edificios no permiten instalarlos en cada departamento, aunque si está prevista esta cuestión para el gas y la electricidad. La idea de la empresa es que los usuarios puedan pagar el medidor en cuotas con la misma factura. Tiene un costo de 2.000 pesos. Los 318.200 medidores se colocarán durante los próximos tres años.
¿Cuánto cuesta en otras provincias?
Los directivos de Assa planillas comparativas del costo del servicio de agua potable en otras localidades. Según sus números, un cliente que en Santa Fe paga 310 pesos, en la ciudad de Buenos Aires abonaría 524 pesos; en Córdoba, 370 pesos; en la provincia de Buenos Aires, 600 pesos. La brecha con los costos que tienen las cooperativas es más significativo. Con un volumen de consumo similar la factura de la cooperativa de Sunchales cuesta 793 pesos y la de Venado Tuerto 920 pesos.
La inversión en obras será de 1.200 millones de pesos
Con financiamiento del gobierno provincial, Aguas Santafesinas tiene previsto invertir 1.200 millones de pesos en obras de infraestructura y operativas durante el año que viene. Las principales son:
— Acueducto Santa Marta (etapa II) en la ciudad de Santa Fe.
— Acueducto y red de agua para barrio San Eduardo (Rosario) y estación de bombeo cloacal para barrio Santa Rita (Granadero Baigorria).
— Compra de terrenos para planta depuradora de líquidos cloacales Rosario Norte (San Lorenzo)
— Rehabilitación de planta depuradora de líquidos cloacales de Rafaela.
— Ampliación de plantas potabilizadoras de Gálvez, Cañada de Gómez y Firmat.
— Rehabilitación de lagunas de tratamiento cloacal de Firmat.
— Adecuación de planta de tratamiento cloacal de Gálvez.
— Cañería de refuerzo de agua potable en Esperanza.
— Ampliación de planta depuradora cloacal de Casilda.
— Extensión de las redes cloacales en Funes, Firmat, San Lorenzo, Villa G. Gálvez, Capitán Bermúdez, Santa Fe, Rosario, Reconquista y Cañada de Gómez.
Fuente: El Litoral