La jueza de Instrucción Cuarta, Susana Luna, ordenó hoy la difusión pública de la fotografía de Ceferino Ramón Villalba, quien estaba preso en una dependencia policial de Santo Tomé de la cual se escapó el pasado 21 de mayo.
“El Pastor” -así lo llamaban en la Subcomisaría 16° donde se encontraba alojado- fue detenido el 10 de enero, acusado por el delito de “abuso sexual agravado por el vínculo”, por el cual luego fue procesado.
La causa estaba a punto de ser elevada a Sentencia cuando se conoció la noticia de su evasión, en circunstancias que además, están siendo investigadas por el juez Correccional N° 5, Eduardo Pocoví.
Comunicado
Esta mañana, la Oficina de Prensa del Poder Judicial emitió un comunicado mediante el cual “se solicita a todos los medios gráficos, televisivos, etc, tengan a bien difundir las imágenes que se adjuntan, a fin de dar con el paradero de Ceferino Ramón Villalba, quien se encuentra imputado, procesado y prófugo de la justicia desde el 22 de mayo de 2013”.
En el escrito consta la calificación por la cual Villalba está procesado -abuso sexual con acceso carnal agravado- en el marco del expediente N° 91/2013; y cuyo último domicilio conocido es una casa de barrio San Pantaleón, en zona oeste de Santa Fe.
Asimismo, fuentes judiciales informaron que a raíz de la fuga y ante la imposibilidad de hallar al evadido, se reforzó la custodia de la víctima y su círculo íntimo, para resguardar su integridad ante cualquier amenaza.
La fuga
El hombre de unos 37 años escapó el martes 21 de mayo de la Subcomisaría 16° del barrio Adelina Centro de Santo Tomé. El imputado llevaba cuatro meses y medio alojado en la nueva dependencia policial ubicada en las calles Roverano y Batalla de San Lorenzo.
Por la fuga se inició otra causa en la que el juez Correccional N° 5, Eduardo Pocoví, investiga si se trató de un caso de “evasión” o hubo “facilitamiento” por parte del personal policial.
Según explicó el agente a cargo de la custodia, el preso fingió una descompensación en el momento en que no había más que un policía de consigna, y éste en vez de esperar a sus compañeros entró al calabozo para auxiliarlo.
En complicidad o engañado en su buena fe, el policía fue sorprendido cuando el farsante se reincorporó y le asestó dos trompadas que lo dejaron tirado sobre una mesa de la cocina, lugar al que logró arrastrarlo para brindarle asistencia.
En el lugar estaban alojados otros tres internos, que según habrían dicho, lejos de fugar con él se habrían encargado de reanimar y asistir al uniformado, que una vez en sí avisó de lo ocurrido a sus superiores.
Fuente El Litoral - Poder Judicial
