Este lunes, el juez de Instrucción Segunda, Nicolás Falkenberg, continuaba tomando declaraciones a los testigos del doble homicidio de Viviana Eberhardt (38) y Guillermo Munarriz (30), ocurrido en una casa del barrio oeste, el pasado 29 de octubre. El único detenido y principal sospechoso es el ex marido de la mujer, quien el miércoles pasado se abstuvo de declarar en Tribunales.
El Ingeniero Industrial está señalado como presunto autor material de los delitos de “doble homicidio, calificado por el vínculo y alevosía”, y se encuentra detenido desde las primeras horas de la madrugada del sábado en que ocurrieron los hechos.
Como consecuencia del crimen, el juez Falkenberg ordenó allanar el viernes la casa del padre del sujeto, donde se secuestraron elementos y documentación relacionadas a lo que sería un pequeño taller de armero, entre ello una escopeta desarmada, credenciales para la compra de municiones y de tenencia de armas.
Además, en el transcurso de la semana pasada, declararon ocho testigos, entre los que se cuentan los policías y paramédicos que intervinieron sobre la emergencia, algunos vecinos que acudieron al pedido de auxilio de la pareja y familiares de las víctimas. En total serán unos veinte los que aporten su relato en Tribunales, tanto en lo que hace al hecho violento, como aquellos que puedan aportar datos de contexto, para conocer los antecedentes que desataron la furia homicida.
Entre los datos más contundentes cuenta el de un personal de emergencia, que mientras asistía a la mujer agonizando recibió de su parte la confesión de que había sido su ex marido el agresor. Como si fuera poco, el atacante, que ingresó por los techos y patios vecinos, se fue de la casa dejando encerradas a las víctimas bajo llave.
Fuentes tribunalicias confirmaron que el presunto asesino fue rápidamente detenido, porque algunos vecinos lo vieron saltando los tapiales y que al reconocerlo y preguntarle qué le pasaba, contestó con evasivas y se escabulló hasta su casa.
Por otra parte, para evitar sospechas de cualquier tipo y atendiendo a que el padre de la víctima es médico legal de la policía, el juez ordenó que toda la pericial se trabajara vía Santa Fe y que en caso de ser necesario se diligenciarán algunas pruebas a la ciudad de Paraná, donde funciona un gabinete especializado.
Si bien el atacante habría logrado descartarse de algunos elementos de prueba en el lapso transcurrido entre el doble homicidio y su detención, la policía secuestró una pistola calibre 22 milímetros, que sería el arma homicida, y que paradójicamente estaba registrada a nombre de la mujer.
Fuentes del lugar contaron que Viviana y Javier estaban separados, con dos hijos pequeños en común, y que él ya no vivía en la casa de la esquina de Lehmann y J.J. Paso, junto a su ex pareja. Su morada era la casa de su padre, que se encuentra a la vuelta, en la misma manzana.
Ese viernes en que la mujer recibió a Munarriz, los chicos no estaban en casa. El muchacho de 30 años estacionó la moto en el frente de la vivienda y eso lo descubrió ante el potencial agresor, que estaba al acecho.
En medio de la oscuridad, el asesino entró a la casa y disparó a uno y otro sin miramientos. Guillermo Munarriz, hijo de un conocido fotógrafo, ya estaba muerto cuando llegaron las ambulancias; pero Viviana agonizaba y por eso fue trasladada de urgencia y consciente, primero a un centro de salud local y luego al hospital Cullen de Santa Fe, donde falleció el sábado por la mañana.
Fuente El Litoral
