Rapipago tiene un origen eminentemente físico. Una red de locales a la calle, propios y franquiciados, que facilitan a una importante cantidad de gente el trámite de pagar impuestos y servicios que los bancostradicionales dejaron de recibir hace ya tiempo.
Planes
Esos planes también apuntan a posicionarse en un universo financiero nuevo, donde lo físico convive con lo digital complementándose. “Avanzamos hacia el concepto de omnicanalidad, que permite que la persona decida a través de qué canal opera y que puede ser físico, digital, o una combinación de ambos”, añadió.
Rapipago tiene una comunidad de 7 millones de personas que todos los meses va a pagar sus cuentas a alguno de sus locales. Una primera aproximación permite saber que es gente que gana entre 15.000 y 40.000 pesos por mes. Un segmento castigado por la crisis económica, de clase media y media baja, muy extendido en la sociedad argentina actual.
Proceso
Así como lo hizo Amazon en el mundo o Mercado Libre en Argentina, Rapipago quiere desarrollar productos para su propio ecosistema de usuarios. Para eso, puso en marcha un proceso de nominalidad, para convertirlos en clientes, con nombre y apellido.
“En 2019 vamos a empezar con una tarjeta prepaga de Mastercard, y una cuenta digital nueva, la Rapicuenta, con la idea de que con ese on boarding con la gente después empiece a vincular todas sus facturas. Se trata de servicios gratuitos que nos permitan obtener información personal para pasar de lo innominado a clientes”, explicó Gómez.
La idea de la Rapicuenta es ofrecer un instrumento que permita a los clientes cargar dinero a su nombre y luego pagar sus facturas a través de una aplicación sin tener que pisar un local físico. Y a partir de ese nuevo vínculo la empresa puede obtener información para analizar el comportamiento de pago y ofrecer otros productos y servicios (como créditos de terceros, seguros, tarjeta, entre otros) a los que lograr mejor calificación.
Una manera directa de reclutar clientes será a través de los “agentes”, que son las personas que atienden al público en los locales y tienen un vínculo directo. Ellos se encararán de sondear las necesidades de quienes llegan hasta cada Rapipago y ofrecer un menú de servicios nuevos que crece todo lo que permiten los recursos físicos y tecnológicos.
En ese marco, la experiencia digital juega un rol fundamental. El gerente general de Gire lo explica así: “El tema es cómo se para uno en ese juego, qué productos y habilidades le incorporás a tu estrategia de negocios. Y esto se logra pasando de ser un producto puro a una plataforma. Rapipago ya lo es. Gire es una plataforma que tiene que ver con outsorcing para banca. Con Ducit tenemos un plataforma de logística. Y con Iungan tendremos a partir de 2019 una plataforma de datos asociada a mejora en experiencias de consumo”.
“Este año encargamos un trabajo de prospectiva para imaginar el futuro y saber que va a pasar con los locales físicos en 20 o 30 años. Y un escenario probable es que la red física va a seguir existiendo, pero con experiencia para el usuario más parecida a la de Amazon Go (tiendas inteligentes, sin cajeros, ni colas). La gente quiere consumir, tocar y ver. Aunque luego los métodos de pago sean digitales. Las compras por internet exigen al que vende tener muy armada la logística de la devolución”, concluyó Gómez.