Otra noche en la ciudad de Esperanza en que los olores nauseabundos, hacen que los ciudadanos de a pie que queremos disfrutar de los patios, salir a caminar o sentarnos en la plaza y gozar del aire libre, nos veamos obligados a recluirnos en el interior de nuestras viviendas.
Y todo esto gracias a empresarios sinvergüenzas y a un estado municipal ficticio que no sabe o no contesta. Sinvergüenza según el diccionario de la Real Academia Española tiene dos definiciones: pícaro, bribón o dicho de una persona que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades.
Y creo que las dos definiciones que pueden parecer algo agresivas, les caen perfectamente a los responsables de arruinarnos la tarde-noche, y entrometerse en nuestras vidas, sin pedirnos permiso y sin hacerse cargo del daño que producen. Ustedes “señores” no tienen derecho a arruinarnos un solo minuto de nuestras vidas por el mero fin de lucro.
En consecuencia me pregunto y les pregunto a estos empresarios, de los que desconozco su nombre, porque se esconden en el anonimato y en el silencio cómplice del municipio ¿Que tiene que suceder para que esto no se repita? Van a tomar alguna medida y resolver el problema. ¿O tendremos los ciudadanos de a pie, que pagamos nuestros impuestos, y queremos tener derechos a un ambiente sano, llevar adelante acciones en defensa propia?
Por eso a todos los que se sientan afectados, manifestémonos por redes sociales, por los medios periodísticos, para hacerles saber a los responsables que estamos cansados y no queremos más ser agredidos con sus emanaciones.
Por que como dice Arturo Pérez Reverte, “El más eficaz aliado de los sinvergüenzas siempre fueron los enjambres de tontos que hacen el trabajo sucio. Que les facilita el trabajo.” Por eso hagamos algo para no ser parte del enjambre.
Luis J. M. Lombó
Esperanza
Imagen sólo referencial
