En diálogo con la CSC Radio, Osan mencionó que “la UNL adhirió a la convocatoria en defensa de la universidad pública por lo que estamos sufriendo las universidades de todo el país con las restricciones presupuestarias; la Universidad acompañó la carta del CIN al gobierno y programó la convocatoria local”.
Planteó que “el ajuste tomó la base presupuestaria del año pasado y es el mismo dinero que las universidades nacionales tuvieron en 2023, lo que supone de arranque una caída superior al 70% del presupuesto que sería necesario para el funcionamiento. Desde una primera instancia, los gastos de funcionamiento eran el 10% de la asignación caen prácticamente al 4% y hoy se está intentando negociar cómo poder funcionar con este dinero. En enero del año pasado, de cada 100 pesos que se recibían, 90 eran para salarios y 10 para gastos de funcionamiento, y con esa misma plata, hoy el 96 va para salarios y solo el 4 es para funcionamiento”.
“Este ajuste tan severo nos pone contra las cuerdas en un montón de asignaciones y de gastos que tienen que ver con mantenimiento, contratos, pago de servicios, gastos operativos que nos obligan a una ingeniería durísima”, advirtió.
“Además de lo que ha significado la inflación sobre el salario real, donde hay un desfasaje enorme –superior al 60%- y esto pega en lo que tiene que ver con becas y contratos. Y por otro lado, la afectación que se hizo al sistema de ciencia y técnica, un sistema conjunto entre el Conicet y las Universidades y muchas partidas que tienen que ver con programas internacionales no están siendo ejecutadas y eso complica sobre manera también mantener las actividades de investigación”, acotó.
En ese marco, describió que “estamos reclamando desde el primer día, la Universidad como parte del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), la recomposición de la pauta presupuestaria, porque a lo largo del año pasado el gobierno anterior dio tres ajustes de presupuesto que no están tampoco tenidos en cuenta ahora y eso agrega un nivel extra de restricción y estamos reclamando para recuperar todo lo que se pueda de esa pauta anterior. Esto tuvo una recomposición del 70% que se terminó de pagar el lunes a última hora de la tarde, el viernes de la semana pasada se anunció otro 70% pero del cual no hay nada asignado, ni ejecutado, ni nada y estamos solamente con anuncios y medidas paliativas tratando de priorizar aquellas cosas que hoy son básicas para nosotros”.
“Incluso de los ajustes de tarifas que están viniendo en abril y mayo, solamente la factura de luz se lleva la mitad del presupuesto que tengo asignado para el funcionamiento de nuestro campus, con lo cual la situación es realmente muy crítica”, describió.
Ante esto, sostuvo que “se realiza una ingeniería permanente con los equipos de trabajo y con el sector financiero pero no sé hasta dónde podremos continuar de esta manera. Soy optimista, no creo que estemos en una situación terminal pero nos obligan a una negociación realmente muy difícil”.
Finalmente, apuntó que desde el sector “la postura es aportar por lo que creemos que es fundamental para el crecimiento y el desarrollo del país que es la educación, la educación superior que nos distingue en el mundo, los sistemas de investigación, de ciencia y técnica, que dan respuestas formidables para muchos problemas, y siempre en un marco de respeto donde el diálogo y las buenas costumbres tienen que llevarnos a una construcción y a sentirnos parte. Estamos para redoblar el esfuerzo y tratar de encontrar una salida”.
