Tras la agresión que sufrió una docente por una madre y otra por parte de un alumno un grupo de maestras autoconvocadas se manifestaron ayer en Plaza San Martín.
Pedían atención y reacción de las autoridades para garantizarles seguridad. Entienden sin señalar a nadie en particular que la reacción de las autoridades educativas, policiales y judiciales debiera haber sido más rápida.
La visibilización de la preocupación de los docentes también dejó en off side a los representantes gremiales de Amsafe que se preocuparon por aclarar que no convocaban a ninguna marcha y "movieron resortes" para evitar que la marcha se haga.
Entre los docentes la preocupación es extrema. La violencia se percibe en todos los ámbitos de la sociedad y la escuela es un reflejo de lo que vivimos a diario.
No dejaba de preocupar a los docentes que hablaban en voz baja el caso vivido en una escuela de la ciudad donde un pequeño le llevó a su maestra una bolsa con marihuana que había en su casa. Fue un pedido de auxilio del menor que debería tratarse con el equipo de profesionales del ministerio de educación.
Esconder los casos debajo de la alfombra no aporta soluciones. La preocupación de los docenes debe ser analizada y escuchada para procurar soluciones y evitar que la violencia crezca en escala y consecuencias.
La importante manifestación de ayer fue un grito que debe ser escuchado.
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