Con goles de Lentini y Vazzoler (descontó Jourdan) y el fútbol de Rivero, el funebrero supo aguantar y ganar luego de cinco meses tormentosos.
Suele decirse a veces, sobre todo en la guerra y en el boxeo, que a veces uno gana las batallas por resistencia y por aguante. Otro lugar común es el que sostiene que después de cada tormenta viene el sol.
Más allá de las metáforas, esto fue lo que sucedió en San Martín en donde se preveía una tormenta (y no en sentido figurado), pero Chacarita supo tener oficio para ganar un partido que se preveía difícil.
Dálmine, empujado por su gente que hizo 72 kilómetros para acompañar al equipo, sorprendió en los primeros minutos llegando varias veces a los dominios de Pedro Fernández con el fútbol de Jourdan y el empuje de Priotti. Con el correr de los minutos, el equipo de Vivaldo hizo pie, emparejó el partido con Rivero a la cabeza y tomó la iniciativa, y sobre el final del primer tiempo Lentini sacó a relucir su oficio de goleador nato y puso el 1-0 conectando un corner.
En el segundo tiempo, todo pareció complicarse cuando a los tres minutos un penal legítimamente cobrado por Ramiro López permitió a Jourdan poner el empate. Pero Chacarita tuvo el oficio que muchas veces le faltó en otros partidos y siguió yendo al frente. Y a los 17 minutos, una contra bien ejecutada permitió a Sánchez desbordar y servirle a Vazzoler el 2-1.
Luego el tricolor supo aguantar el resultado frente a un violeta que no se dio por vencido y tuvo muchas chances, pero el local supo apelar al aplomo, la resistencia y la seguridad y así, más allá de los aspectos meteorológicos, el sol salió en San Martín a pesar de la tormenta.
TODO ASCENSO en los vestuarios
Jorge Vivaldo: "Tuvimos salida a los laterales. Me gustó mucho el equipo, fue un trámite muy intenso y nos sacamos la mochila de esta racha sin derrotas, de cinco meses sin ganar. Es importante que se suelten los jugadores. Este era el partido que había que ganar. Levantamos muchísimo. Fuimos intensos en el primer tiempo y jugamos mucho mejor en el segundo. Lentini y Vazzoler fueron importantes. Esta fue la intensidad que nosotros reclamamos".
A DESTACAR
Después de mucho tiempo, se volvió a jugar en San Martín con público visitante. Hubo 7.500 funebreros y 300 violas que, a pesar de su inferioridad numérica, alentaron de manera constante al equipo.
José Galoppo (@josegaloppo)
