Al realizar una especie de balance ante la temporada que está terminando, Nagel rememoró el inicio del trabajo y destacó el crecimiento del equipo. “Después del descenso que Alma sufrió en la Liga, se tomó la decisión de empezar de cero y remontar el trabajo desde abajo, para volver a estar en el nivel más alto. Con esa idea y en base al proyecto deportivo de Sebastián Saborido como coordinador de las divisiones formativas, me involucré como profe a cargo de las categorías U13 y U15 y también como jugador, con el objetivo de tratar de salir del pozo y renovar todo el proyecto desde las inferiores hacia arriba”, contó.
“Así comenzó un proceso de trabajo tratando de buscar una identidad desde el punto de vista del juego y también con el club, la camiseta y el grupo. En eso fue fundamental la formación del equipo de mayores para lograr lo que se logró: el año pasado estar entre los cuatro mejores del torneo local, clasificando a la final, y este año terminar el torneo como el equipo mejor clasificado, terminar primeros y jugando otra vez la final”, resaltó.
En cuanto a los motivos que permitieron estos logros, explicó que “sacando los nombres, lo importante es haber mantenido la identidad de juego, estando seguros de adónde quería ir el equipo y siempre quedando un jugador afuera de la cancha pero siempre manteniendo la identidad y el bajo perfil”.
“En esto hay que valorar el proyecto de Sebastián (Saborido) y a los profes que se sumaron para mantener ese lineamiento. Esto se logra con el tiempo, la perseverancia y también con el apoyo de la parte dirigencial”, resumió quien se desempeñó como capitán del equipo de primera división en la última parte del torneo oficial.
En ese sentido, afirmó que “el grupo humano este año fue mucho más fuerte que los años anteriores, lo que nos hizo llegar adonde llegamos, siempre manteniéndonos unidos”. “Eso se vio en el hecho de que si alguno no podía jugar o estaba lesionado igual iba a alentar a los compañeros, a darles ánimos”, ejemplificó.
Aseguró que “esto tiene que ver con la personalidad de cada uno de los jugadores, sus intenciones, y con el hecho de que cada uno prefirió jugar por el grupo y por la camiseta –porque no somos profesionales-, y también porque la mayoría pasó por las inferiores del club. La formación del grupo es una de las cosas más importante en este proceso”.
Consultado por el crecimiento del equipo, explicó que “la base fue el proyecto deportivo, desde los profes a los chicos, y el grupo humano de la primera división –que es el reflejo para las inferiores. En el último partido, el equipo se había desarmado porque hubo tres jugadores que se fueron a jugar la Liga además de las lesiones de Danilo Delset (que era el capitán) y Rodrigo García, y no obstante eso se demostró que con los chicos de inferiores se pudo salir adelante, manteniendo la misma identidad que veníamos sosteniendo y se dio el resultado que queríamos, que era ganar. Pero aún perdiendo nos íbamos con la cabeza en alto, y ahí está la fuerza del proyecto”.
“Obviamente que se quiere ganar y salir campeón, pero más allá de los resultados hay que destacar la identidad que se logró en el grupo, el sentido de pertenencia hacia el club y de las inferiores”, concluyó.
Por su parte, el entrenador Sebastián Saborido destacó “el esfuerzo y la responsabilidad de los jugadores”, así como “la actitud para el trabajo durante todo el torneo”. “Más allá del resultado de un partido, hay que marcar las ganas de aprender y de mejorarse cada día que tienen los chicos, que son muy jóvenes”, afirmó.
En coincidencia con Nagel, sostuvo que “lo más importante es haber logrado la formación de un buen grupo humano”.
En cuanto al trabajo a futuro, adelantó que “se está planificando un nuevo campus de perfeccionamiento a desarrollarse en enero próximo y tratando de mejorar cuestiones que tienen que ver con la logística del proyecto a fin de brindarles mejores condiciones a los chicos que pertenecen al básquet del Club”.
